viernes, 27 de abril de 2018

La cúpula catedralicia (o su mitad)
No es la mejor película de superhéroes que uno podría soñar pero a la vista de la magnitud del desafío y la eficacia del resultado lo justo es descubrirse ante ella.




Levitando sobre la superficie devastada de Titán –una de las lunas de Saturno y cuna del supervillano Thanos-, el Doctor Extraño contempla, en estado de trance, los futuros alternativos que emergen de la crisis que los Vengadores están atravesando en ese momento: solo una de entre esos millones de posibilidades resulta benigna para la superheroica formación. Y no resulta en absoluto insensato plantearse que el grado de improbabilidad de que una película como Vengadores: Infinity War saliese bien no debía de provocar menos vértigo. Quizá, eso sí, la proporción no era de una entre algo más de dieciséis millones de posibilidades, pero la frialdad aritmética no debería matizar la importancia de lo que han logrado los hermanos Russo –y la suntuosa, faraónica logística de producción- con este trabajo que no parece compuesto de fotogramas –o de bits de información-, sino de hipérboles: probablemente, Vengadores: Infinity War no es la mejor película de superhéroes que uno podría soñar pero, a la vista de la magnitud del desafío y la eficacia del resultado –eso sí, más propio de un notable alto de alumnos aplicados que del sobresaliente del visionario de la clase-, lo justo es descubrirse ante ella.


Vengadores: Infinity War vendría a ser algo así como la cúpula –o, hablando con justeza, la mitad de esa cúpula- de la catedral del blockbuster que, a lo largo de diez años, han ido construyendo, colectivamente, los dieciocho títulos anteriores del llamado Marvel Cinematic Universe. En ese corpus ha habido de todo –incluso inesperadas joyas como esa Thor: Ragnarok (2017) de Taika Waititi que parecía dibujada por Jack Kirby y guionizada por Harvey Kurtzman-, aunque lo más relevante del proceso haya sido la progresiva conquista de un tono capaz de hacer justicia a la ligereza y libertad imaginativa de una buena historieta Marvel.

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El crítico Roger Parsons definió en su día El imperio contrataca (1980) como una versión en 70 mm. de la telecomedia Enredo de Susan Harris y algo hay de eso en esta aventura aparatosa que utiliza la familiaridad del fan con los personajes para proponer una verdadera orgía de la fragmentación narrativa, donde las réplicas afiladas (la viperina comedia de egos) alternan con islotes de espesor dramático (la tragedia familiar modalidad subshakespeariana) para acabar abriendo la puerta a un ingrediente hasta ahora inédito en este universo: la gravedad apocalíptica. El desenlace remata en alto el viaje. Y logra resonar fuera de la sala

Fuente: https://elpais.com

jueves, 26 de abril de 2018

Ryan Rey­nolds todo se lo debe a 'Deadpool'De visita en México para promover 'Deadpool 2', el actor dijo que interpretar al antihéroe es uno de los más privilegios en su vida



La primera vez que Ryan Rey­nolds se vio vestido como Deadpool se sintió estúpido y pensó que traía un condón gigante de color rojo sobre el cuerpo. El actor canadiense no tenía idea de si ese antihé­roe del universo de Marvel iba a conectar con el público, sin embargo, la respuesta fue tal —la primera entrega en 2016 recaudó 783 millones de dó­lares en el mundo— que a dos años de distancia, Deadpool 2 es una realidad a punto de estrenar.

Deadpool me parece que es uno de los privilegios más grandes que he tenido en mi carrera. La persistencia hace que tengas éxito y que te pa­guen como actor. Cuando hice la primera parte (2016) hubo un momento loco en mi vida en el que pensé si den­tro de 10 años iba a estar ha­ciendo esto y de pronto se da la secuela de Deadpool. Así que para mí es un privilegio inmenso. Aquí el punto clave es lo que ha hecho esta pelí­cula, no tanto yo. Es increíble lo que nos ha pasado, pues no siempre pasa de esta forma”, expresó Reynolds.

El actor canadiense, pare­ja sentimental de la también actriz Blake Lively, promovió ayer en nuestro país Dead­pool 2, cinta que se estrena el 18 de mayo. En esta segunda entrega, Deadpool tendrá que formar un comando, llamado X-Force para rescatar a un niño mutante que esta a punto de generar caos. Al igual que en la primera película, este antihéroe se mete en distin­tos líos y hace uso del ingenio, así como de algunas frases en español como “¿En dónde está la biblioteca?” para salir avante.

En los cómics, Deadpool es muy cercano a la cultura mexicana, a México, le gus­ta la cultura mexicana. Y eso de ‘¿Dónde está la bibliote­ca?’ ilustra qué tan idiota es porque él cree que lo que está diciendo es ‘No estoy bro­meando desgraciado’. Dead­pool cree que habla muy bien y que es experto en la cultura mexicana por eso la usamos”, acotó el actor de 41 años.

Durante su visita a México, el actor se dio tiempo para hablar de otros tópicos como la recien­te compra de los Estudios Fox por parte de Disney. Ante este nuevo escenario se le cuestionó si eso afectará el contenido de Deadpool.

“El futuro, veremos, quizá estaré cantando canciones de Disney en la próxima película o tenga la clasificación PG-13 (adolescen­tes). Quizá de ahora en adelante ten­dré sólo dos tiros, una escena eróti­ca y derecho a beber una copa de vino. Eso podría ser duro”, precisó el canadiense.

En cuanto a tópicos de más carácter político, relacio­nados con Donald Trump, con quien Deadpool, hasta ahora no se ha metido, así como del uso de armas, Ryan Reynolds comentó:

“Puedes hacer bromas de Donald Trump, pero Donald Trump hace sus mejores bro­mas sobre él mismo. Para mí ni siquiera es gracioso”.

Sobre el uso de armas el actor dijo que al ser cana­diense no le es común ver cómo se pueden adquirir tan fácilmemte.

Crecí en Canadá y el he­cho de ir a una tienda a com­prar armas como si fueras al súper, me es ajeno, me pare­ce muy loco. Me gustaría que hubiera más control en ese tema, aunque comprendo que mucha gente las usa sólo para cazar”, comentó.

En los últimos años la in­dustria hollywoodense se ha visto plagada de distintas películas relacionadas con superhéroes, saturando las pantallas a nivel mundial. Al respecto hace un par de días el cineasta canadiense Ja­mes Cameron declaró que ya estaba aburrido de las pe­lículas de superhéroes y que consideraba que ya era hora de contar otro tipo de his­torias. Ante esto, Ryan Rey­nolds dio su opinión y se mostró cortés y políticamente correcto.

“James Cameron ha hecho películas para muchas gene­raciones y simplemente dio su opinión como cualquie­ra puede opinar. Igual que él opino que en el cine debe ha­ber historias diferentes y creo que él tiene razón hasta cierto punto. James Cameron es un genio y mi instinto sería es­cuchar lo que él dice y respe­tarlo”, comentó el actor que el año pasado fue nominado a un Globo de Oro por su traba­jo en Deadpool.

El actor comentó que has­ta ahora no le confirman si va a haber una tercera parte de Deadpool, sin embargo, ha­brá una cinta sobre el coman­do X-Force, del que se hace mención en Deadpool 2, que tendrá su propia película que será Drew Goddard.


Fuente:http://www.excelsior.com.mx

"Avengers: Infinity War": desde hoy, la cinta ya está en cartelera

La pulseada entre superhéroes y villanos llega a la cartelera, una vez más, con "Avengers: Infinity War". El filme genera tanto expectativas como escepticismo

Un cameo puede parecerse a la travesura de un niño. Se trata de la aparición fugaz y lúdica de alguien notable en una película que genera un guiño cómplice. Por ejemplo, Stan Lee, de 95 años y creador de tantos superhéroes, cuenta con incontables cameos en los filmes con personajes de Marvel. Hace unos días, Lee reapareció en público durante la premiere de "Avengers: Infinity War" en Los Ángeles, y dijo: "Quiero agradecer a los fans por haber visto mis cameos durante estos años, y por supuesto por haber visto las películas. Creo que ahora ellos encontrarán el más divertido de todos los cameos".

Este aire distendido, sin embargo, contrasta con el tono de muchas noticias relacionadas a Lee. Meses atrás, fue internado en el hospital Cedars-Sinai por problemas respiratorios y cardíacos. También han aparecido denuncias de acoso sexual contra él por parte de varias enfermeras. Su abogado emitió un comunicado: "El señor Lee niega categóricamente estas acusaciones falsas y despreciables, y tiene toda la intención de luchar para proteger su buen nombre y su carácter impecable".

En el 2017 hubo otro momento delicado. En julio, Joan Lee, su compañera de toda la vida –estuvieron casados cerca de 70 años– murió a los 95 años. Ella supervisaba sus finanzas. La única heredera de ambos es su hija, la casi septuagenaria Joan Celia. Según The Hollywood Reporter, Stan Lee y su esposa firmaron un fideicomiso para su hija, a fin de proteger la herencia familiar y evitar las gestiones dudosas de ese patrimonio millonario. Este medio, además, consignó que Stan Lee lamentaba que las malas influencias ronden a su hija con tal de usurpar su dinero y propiedades.

FANÁTICOS Y DETRACTORES
​Es muy probable que "Avengers: Infinity War" termine siendo la película más taquillera del 2018. Analistas de la empresa B. Riley FBR vaticinan que en su estreno podría recaudar tranquilamente más de US$238 millones en Estados Unidos.

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Varios cineastas, no obstante, son escépticos con la fiebre de los superhéroes. El portal IndieWire recogió recientemente las declaraciones de James Cameron, el artífice de "Terminator" que anda de lleno en la preparación de las secuelas de "Avatar". El realizador afirmó: "Espero que empecemos a cansarnos de 'Avengers' muy pronto. [...] Vamos, muchachos, hay otras historias para contar más allá de machos con supergónadas sin familias haciendo cosas que desafían a la muerte durante dos horas, destruyendo ciudades en el proceso".

Jodie Foster no se quedó atrás. Ella indicó en una rueda de prensa que el cine se ha convertido en un "parque de atracciones".

También es memorable el concepto de genocidio cultural esgrimido por el cineasta Alejandro González Iñárritu. Durante una conferencia de promoción de su filme "Birdman", el mexicano señaló: "Ese es el tipo de problemas que existe en ese tipo de estrategias comerciales, donde no importa nada, es simplemente como el 'junk food' [comida chatarra]: envenenemos a los demás pero ganemos un chingo de dinero. Por eso le llamo genocidio cultural. No tiene nada de malo ver a dos tipos en traje de nylon agarrándose a patadas. No tengo problemas con eso. Pero cuando todo es acerca de eso, más el cinismo con que lo hacen, eso sí me parece peligroso".

Hay que reconocer, sin embargo, que la estrategia del 'crossover' –que junta en un mismo relato a personajes de historias distintas– es casi infalible para sus propósitos marketeros. "Avengers: Infinity War" pone en escena a unos 20 superhéroes para que se enfrenten a los secuaces de Thanos (Josh Brolin), quien debe reunir seis gemas para que el Guantelete del Infinito le otorgue un poder que le permitirá hacer lo que le dé la gana. Veremos.

Fuente: https://elcomercio.pe